El jueves 12 de diciembre celebramos con emoción el vigésimo quinto aniversario de nuestro instituto, en un acto que reunió a representantes de toda la comunidad educativa.
La directora actual, Inmaculada Mediavilla, abrió el evento agradeciendo la asistencia de los presentes y resaltando que el Guadalquivir funciona como una familia: unida ante las dificultades y preparada para afrontar nuevos retos.
Le siguió Andrés Moyano, antiguo director del centro, quien recordó la complejidad de transformar el antiguo colegio en un instituto de secundaria. Subrayó el carácter distintivo del Guadalquivir y de su profesorado, que además de formación académica, requiere un compromiso especial con el servicio y la vocación.
Manuel Moyano, antiguo orientador y ahora profesor en la Universidad de Córdoba, destacó al instituto como un entorno seguro y empático, en contraposición a los “no lugares”. Enfatizó que los espacios se definen por las personas que los habitan y las relaciones que en ellos se forjan.
En representación del AMPA, Lola intervino para agradecer la colaboración entre el centro y las familias, destacando que el esfuerzo compartido siempre tiene como fin el bienestar de sus hijos e hijas.
Dos antiguos alumnos, Rubí Fernández y Pedro Moya, compartieron recuerdos y reflexiones. Rubí habló del instituto como una herramienta para construir su futuro, donde no solo recibió conocimientos, sino también valores, destacando su orgullo por pertenecer al pueblo gitano y la compatibilidad entre el centro y los valores de éste. Agradeció al centro por “sembrar esperanzas para cultivar sueños”. Pedro, por su parte, insistió en la idea del Guadalquivir como una familia, donde los valores inculcados preparan a los estudiantes para los desafíos de la vida. Con pasión, reivindicó el compromiso del instituto de confiar en todos, incluso en aquellos que otros consideran “perdedores”.
Jesús Zurita, actual profesor, aportó una reflexión inspirada en el concepto lorquiano del “duende”, destacando la fuerza interior del alumnado del Guadalquivir y la importancia de canalizar su interés y su fuerza interior como motor de aprendizaje.
Cerró el acto el delegado Francisco José Viso, quien destacó que el Guadalquivir no es un “centro de difícil desempeño”, sino de “diferente desempeño”. Subrayó la capacidad del profesorado para encontrar soluciones creativas y optimistas, recordando que en este instituto “se trabaja con el corazón”.
La jornada estuvo enriquecida por dos actuaciones musicales: Eduardo, antiguo alumno, interpretó unas malagueñas de Paco de Lucía a la guitarra, y Macarena González, profesora de Religión Evangélica, sorprendió con una emotiva improvisación junto a su hija, mostrando el arte y la sensibilidad que caracterizan a nuestra comunidad educativa.

Nota de prensa:

Diario Córdoba